Las vidas de Ann Eliza y Evelina Bunner transcurren lentamente en el bajo de un edificio de un humilde barrio de Nueva York donde regentan una pequeña mercería en cuya trasera tienen sus dos habitaciones y su pequeña sala de estar.

Un día, por su cumpleaños, Ann Eliza regala a Evelina un reloj. Este objeto y lo que trae consigo abrirá en canal sus vidas, su relación y las dimensiones del estrecho mundo en el que hasta entonces se habían movido las dos.

Esta novela corta es una isla rara en la producción literaria de Edith Wharton, autora conocida especialmente por la novela que escribiría bastante más adelante que ésta, La Edad de la Inocencia, y que le valdría el premio Pulitzer en 1921.

Las atmósferas de ambas novelas distan tanto entre sí como el enfoque y los mundos que describen que, aun siendo coetáneos y coincidentes geográficamente, pues ambas se desarrollan en Nueva York en las últimas décadas del S. XIX, son dos universos humanos, ambientales y narrativos absolutamente distantes y desconectados.

Edith nació y desarrolló su vida en esa atmósfera glamourosa, despreocupada y frívola de las familias aristócratas de Nueva York que forman la fauna social de La edad de la inocencia y la autora crea y describe estos ambientes desde el manejo absoluto y el conocimiento profundo de sus entresijos. Lo hace desde una postura externa, crítica y a veces de una ironía que roza el sarcasmo. Sin embargo, en Las Hermanas Bunner se adentra en la construcción de unos personajes y unos ambientes sofocantes, reducidos y asfixiantes que para nada ha frecuentado pero que describe magistralmente y desde una cercanía, cariño y adhesión que sorprenden y agradan de una forma muy llamativa.

 

La ciudad, las casas y las atmósferas son para Wharton  personajes vivos que merecen una atención profunda en esta novela. Sus personajes femeninos, especialmente la mayor de las hermanas sobre quien recae el peso narrativo y emocional de la historia, son seres con una profundidad de pensamientos y emociones contenidas, maestras en el manejo de sus propios sentimientos pero desconocedoras de los resortes que mueven el mundo exterior y que las mantiene recluidas en sus universos domésticos y familiares como lugares salvadores a modo de claustros conventuales.

La novela va deshojando temas tan intensos y atemporales como la competencia entre mujeres, la diferente manera de entender el amor entre hombres y mujeres, los estragos que siempre causa el amor romántico y sus principios rectores en las vidas de las mujeres, el concepto del matrimonio como transacción comercial, la soltería femenina y un largo etc… de reflexiones lanzadas al aire sin respuesta como invitación para que los lectores y lectoras comiencen a cuestionar sus mundos presentes para ir construyendo otros universos futuros más amables con la felicidad humana y especialmente, con la femenina.

 

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