Tomando el nombre de una inquietante canción de la banda británica de post-punk oscuro de los ´80, Bauhaus, los granadinos Lagartija Nick editan su primer LP en 1991.
No sé como se verá dentro de treinta años el 2020 musicalmente hablando. Habría que tener esa perspectiva y será entonces cuando se valore por parte de la crítica musical (si aún existe algo parecido a eso) las virtudes de las tendencias actuales. Lo que si podemos hacer es realizar un repaso a que discos vieron la luz en aquel lejano 91. Conocer el entorno de una obra y ponerla en contexto ayuda a comprenderla mejor. No sólo saber que tendencias estilísticas estaban en boga y cuál era el caldo de cultivo en que se se gestaba. Se trata de comprender que estaba bullendo en las cabezas de los distintos creadores. Con el final de los 80 llegaba una nueva vuelta de tuerca al mundo del rock. Entonces no se vivía en un mundo globalizado a los niveles actuales, pero en distintas partes del planeta se llevaba a cabo una respuesta similar a parecidas inquietudes. Por un lado, bandas consagradas del rock sacaron a la luz obras que enseguida se tornaron en emblemáticas: El Álbum Negro (Metallica); Use your illusion I (Guns N´ Roses); Achtung Baby (U2); Out of Time (R.E.M); Ceremony (The Cult)… Pero más interesante fue la emergencia de bandas del rock alternativo que empezaban a proliferar por aquellos años y que levantaron el interés de gran parte del sector de la crítica musical y de una juventud hastiada de unos standards culturales con la que no se sentían identificados. La pericia de los músicos con sus instrumentos estaba muy bien, pero ese disfrute de las muestras de virtuosismo en el mundo del rock, resultaban insuficientes para muchos. Que se sentían encorsetados a la hora de disfrutar de la música. Se palpaba una necesidad de ser partícipes en esas ceremonias en que se convirtieron los conciertos de rock y no solo en meros sujetos pasivos. Se trataba de poner banda sonora a instintos que se generaban en las tripas y no tanto en la cabeza o el corazón de la llamada Generación X (una etiqueta popularizada por el mundo del marketing, pero que si abarcaba un puñado de lugares comunes para los nacidos entre el 65 y el 80 del pasado siglo). Bandas seminales en esta nueva concepción de la música rock, firmaban tempranamente los epitafios musicales de sus efímeras trayectorias en este mismo 1991: Trompe le Monde (Pixies) o Loveless (My Bloody Valentine), con propuestas diferentes estilísticas, daban paso a debuts deslumbrantes: Gish (Smashing Pumpkins); Ten (Pearl Jam) o consagraciones que cambiaron el mundo del rock como el Nevermind (Nirvana). Entre los primeros, que daban carpetazo a su aventuras en el siglo XX para volver ya en la segunda década del siglo XXI, y las nuevas hornadas, como nexo de unión, se publicaron ese año  The Real Ramona (Throwing Muses); Green Mind (Dinosaur Jr.) o el emblemático Goo de los que, a mi entender. dieron el pistoletazo de salida para ese sonido sucio de guitarras (con apuestas vanguardistas y arriesgadas) y que plasmaron ese sentimiento de rabia y un punto de vista nihilista, en las nuevas generaciones del rock alternativo: Los prolíficos Sonic Youth.

Mundo contradictorio, paradójico. Todo es confusión y para poderlo desentrañar hay que hacer un esfuerzo de observación. Lo que viene a continuación es solo la interpretación que doy a cada una de las canciones. Supongo que algunas de estas respuestas serán parecidas a las de cualquiera que oiga el disco. Pero espero que muchas otras sean distintas. Eso es para mi HIPNOSIS.

La portada es una obra del artista valenciano Josep Renau, que estuvo a cargo de la dirección d Bellas Artes durante la segunda república, y que es conocido sobre todo por sus carteles de tintes políticos y sus collages como el que eligen para ilustrarnos su debut “¿Por qué está esta gente tan preocupada?” Un ramillete de iconos pop de la cultura estadounidense (the american way of life) enmarcan una foto en blanco y negro de un grupo de transeúntes apiñados en una acera. Al margen de consideraciones políticas, la obra gráfica en sí ejemplifica muy bien el sentido del disco. Pasen y oigan

No lo puedes ver. El inicio del tema que abre su debut suena a esos Sonic Youth. Su ritmo es contenido, y ejerce el rol de adelanto de todo lo que vendrá en la obra. Es un mensaje de alerta más que un reproche, señala las consecuencias de permanecer bloqueado (no lo puedes ver) o de no plantearse nada (no lo quieres ver). El bloqueo que llega cuando uno se niega a ver el daño que puede infringir alguien que nos es cercano pero en un plano superior a nosotros. Confiamos en que ese alguien gritará “corten” antes de que se produzca un desenlace fatal.

Sonic Crash. Uno de los pocos temas instrumentales del grupo. Un tema casi rockabilly donde el ritmo se acelera hasta introducimos en una huida en coche, como un en una película de serie B norteamericana. Carretera asfaltada en dos direcciones. Suena a los Meteors en la urgencia de sus guitarras. Uno espera oir el estruendo de un accidente automovilístico al final. Seguimos adelante.

Hipnosis. En la canción que da título al disco, el televisor se presenta como un hipnotizador, el no tan nuevo gurú de la cultura y el entretenimiento. El encantador de serpientes que reúne su ejercito, obedientes sicarios a su servicio. Todos formamos parte de ese conglomerado en uno u otro sentido.
Una de las curiosidades de la canción es que habla del videotron, que es un conversor de formato de señales de vídeo analógicas a video digital. Aunque yo mantengo que dice Videodrome, que es una película de David Cronenberg, tan inquietante como premonitoria. Siguen siendo días extraños los de hoy

Tan raro, tan extraño, tan difícil. En primera persona muestra hastío y hartazgo por parecer interesante a los demás simplemente por señalar y denunciar, ¿Es una pose?

“Hay detector de metal en las escuelas del Bronx
y nadie espera coger ningún avión”
Una primera referencia a una zona concreta de Nueva York, en este caso juega con el doble mensaje: Las armas que allí proliferan entre los niños y que de allí no va a salir nadie

“Crees en la reencarnación
pero te asustas al ver
que el Dalai Lama compra Sony en Hong Kong”.
Me llama la atención que use a la compañía discográfica y marca de aparatos de imagen y sonido, porque es la propia compañía en la que publicaron sus primeros discos: O bien los encargados de la publicación no estaban muy atentos a lo que se decía en las letras (lo mas probable) o puede que pensara que era una forma de publicidad esa identificación con un sujeto tan venerado.

“Hay McDonalds en Moscú
pero parece que en Kiev
sólo queda Vodka en el almacén”.
Esto me recuerda al actual conflicto ruso-ucraniano y eso que el disco se publicó cuando la antigua URSS empezaba a segregarse.

“Estoy cansado de hablar,
estoy cansado de oír,
estoy cansado de estar,
estoy cansado de ser”
Parecerá una tontería, pero me gusta mucho esta diferenciación entre los verbos Ser y Estar y el dotarlos a cada uno de significado propio

Ahora. Sin pausa ni concesiones, engancha con otro tema hardcore de garaje-rock. La huida, hacia no se sabe muy bien donde,continua y ya no hay vuelta atrás.

Una complicidad entre los protagonistas, una entrega que habría de llegar hasta sus últimas consecuencias.
Dentro de esa propuesta casi suicida hay una frase que me descoloca “mira hacia el suelo, sabes que lo quiero ahora” y me provoca algunas preguntas: ¿Quien mira al suelo? ¿Es porque quien habla está en el suelo o porque en el fondo no deja de ser una orden y debe ser acatada con actitud sumisa?…
¿Seguro que quieres venir conmigo?

El mundo perdido de los guantes. Alguno de sus dibujos con las guitarras me recuerdan a los también granadinos 091.
Primeras referencias al espacio exterior y a las disquisiciones que pueden hacerse cuando uno se enfrenta a la inmensidad. Y como símbolo de nuestra propia existencia y nuestros propios miedos y dudas. Desde la existencia de algo superior hasta el Amor. Entre ellas la referencia a Aldrin, que fue el astronauta que acompañó a Neil Armstrong en el primer paseo espacial sobre la Luna, y que llegó a decir que todo había sido un montaje televisivo. La canción avanza hacia un final de distorsión que ejemplifica bien ese sentimiento de estar perdido.
Ya solo el título de la canción llama la atención. Hace referencia a una obra de animación del checo Jiri Barta, compuesta por varios actos de una surrealista concepción y con la estética propia de la animación que se realizaba en la Europa del Este en los 70-80, que a mi siempre me causaban cierta inquietud.
Ya se atisba el gusto por reseñar a ciertos personajes que no han tenido la repercusión que ellos se encargan de otorgar.
Por cierto, ¿ Donde iban a parar los míos? Llegué a tener una colección de guantes sin pareja. Debe haber una auténtica reunión de singles en algún cajón de mi casa.

La gran Depresión  El sitar ya introduce un medio tiempo, además de su sonido psicodélico característico.
Derrota:
“Como un yonki vuelvo a caer / Como un perro pierdo el camino”.  Al compararse con un drogadicto, parece claro que no lo es, que solo lo usa como elemento de comparación, así que diremos que esa sustancia a la que se está enganchado se trata del amor, por ejemplo. Lo cierto es que puede que pronto nos acerquemos a una nueva “Gran Depresión” como lo fue la original.

Napalm. Este tema encabezado por uno de los productos más atroces jamás usados como arma, no solo por ser mas o menos mortífero sino por la imagen de destrucción total, que nos lleva a la guerra en Vietnam. es un símbolo de su interés en señalar la violencia institucional de los estados y que jalonarán su obra hasta sus últimos trabajos. No solo Vietnam, la Rumanía del por entonces recién caído Ceaucescu, Tiananmen o Gaza son otros de los lugares escogidos en este particular “tour del horror”.

No solo referentes geográficos,  también las hay a distintos personajes: “El suicidio de Toole“. Podría referirse s John Kennedy Toole autor de “La Conjura de los necios” y que se suicidó antes de poder llegar ver su obra publicada, con su ácida visión de la sociedad occidental.

Hay otras menciones bien conocidas, como a Víctor Jara, el poeta chileno asesinado por la dictadura del régimen de Pinochet. Y como contraposición, también aparecen grandes héroes cinematográficos de la industria de Hollywood como John Wayne o Errol Flynn para terminar con Montgomery Cliff. Otro exitoso actor, pero con una extraña historia detrás y al que ya, The Clash le dedican su “The Right Profile”

Déjalos sangrar ¿Una alusión directa al Let it Bleed de los Rolling Stones? No parece haber muchas dudas de ello.
Una crítica a la industria musical en toda regla. Y eso que estaban empezando, y nada menos que en Sony. Están puestas las bases para poder ser escépticos con otras corporaciones.

“El mundo del rock es un trampolín para los mediocres.
Queremos ser una maldición
con un ojo puesto en nuestra salvación”
La imagen tan común de la estrella del rock : Maldito, inaccesible, rebelde…, pero vigilando sus ganancias.
Unas rock-stars que “piensan muy despacio… colgados del telón” Una buena imagen de los efectos del hachís.

Disneyworld. Tras la casi lisérgica “Déjalos sangrar” y desde el mismo título,  vuelven a la carga con las mismas paradojas que en “Tan raro…” (Coca-Cola con fotos de Gandhi que nos hacen pensar en la portada del disco) y con idéntica contundencia y aceleración. Con potentes imágenes que se me quedaron clavadas:

“Prostitutas pagadas con yens / niños del IRA puestos en pie”
Me venía a la mente un niño irlandés levantándose del pupitre de la escuela. Con firmeza, colocándose una gorra y presentándose como voluntario para el ejército Irlandés.

“Hay una fiesta en Beverly Hills / fumabas coca pero no te vi reír”
Una referencia muy eficaz del auténtico Way of life. muy alejado este hedonismo del conocido barrio de Los Angeles, del Bronx neoyorquino
Y en contraposición ese mundo mágico del celebérrimo parque de atracciones.

Un mundo real. Tras el paseo por el sueño de Walt, parece que vamos a pisar tierra firme, pero… la nueva Europa no se aburre tanto como América.
The Clash, The Doors, Lou Reed y su lado salvaje, Buddy Holly, Ramones, Dylan… Referencias musicales del mundo del rock y que han trascendido como clichés de la cultura occidental.
La canción y el disco se cierra con la misma frase con que se inició, en “No lo puedes ver”:
“Tu mente espera una voz en off / que evite la explosión”

Bajemos el telón

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